La historia literaria de los 1920 y 1930
en La ciudad ausente de Ricardo Piglia

Naomi Lindstrom
University of Texas, Austin

A lo largo de la producción literaria de Ricardo Piglia, la historia nacional argentina consiste no sólo en los conocimientos establecidos, sino también la información clandestina, los dossiers ocultos, las leyendas, todo lo que sólo se sabe por vía no oficial. Así es tanto en la historia social como en la historia literaria. De allí se explica en parte la fascinación con ciertos autores que, más que simplemente productores de su obra, han pasado a ser verdaderos mitos de la vida literaria argentina, sobre todo las figuras legendarias de las décadas de los veinte y treinta.

De referencias y alusiones a Roberto Arlt, Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges y otros, hay una tal densidad en la obra de Piglia que, para empezar a hablar del fenómeno, primero hay que delimitar el tema. Ya se ha llevado a cabo una discusión crítica muy extensa en torno a la presencia de Arlt y de Borges en la novela más reconocida y estudiada de Piglia, su Respiración artificial de 1980. En efecto, la mayor parte de la segunda mitad de Respiración artificial puede leerse como una revisión de la literatura argentina de los veinte en adelante, con Arlt y Borges como signos de oposición. Los críticos también se han interesado por el "Homenaje a Roberto Arlt" junto con su apéndice "Luba", que aparecen en la colección Nombre falso (1975).

En este trabajo, quisiera enfocarme en una obra menos prolijamente estudiada, la novela de 1992, La ciudad ausente. Esta narrativa incursiona en el terreno del cyberpunk, con personajes medio biónicos, realidades virtuales e inteligencia artificial. Al examinar las figuras literarias de los años 20 que aparecen en esta novela, lo que más interesa es el examen que hace la novela de la naturaleza de la información. Incluye casos de la falsificación de datos; la falsificación y el robo de la información han sido una de las preocupaciones fundamentales de Piglia tanto en su ensayística y entrevistas como en su narrativa y uno de los temas predilectos de sus críticos (ver, p. ej. Gnutzmann, "Homenaje", 439; McCracken). Pero también figuran otras variantes de la inestabilidad informativa: la información programada y manipulada, el espionaje y la inteligencia del Estado, las realidades artificialmente generadas y mantenidas, los datos suprimidos para después ser rescatados para la historia. También existen, para suplir la falta de ciertos datos, los conocimientos que se transmiten de forma subterránea y se circulan entre grupos muy reducidos. Esta información privilegiada se comunica o por vía oral o mediante las narrativas secretas o poco conocidas. Entre éstas se incluyen un relato teñido de paranoia, algo al estilo de Philip Dick, "Los nudos blancos" (69-85) y el joyceano "La isla" (124-41); las transcripciones de las dos narrativas forman parte del texto de La ciudad ausente.

En La ciudad ausente, predomina la figura de Macedonio Fernández, el anecdotario que ha surgido en torno a su figura y sobre todo lo que no se sabe con seguridad de su vida y sus escritos. Se enfocan el pensamiento anarquista y utópico de Macedonio y su búsqueda de una manera de contrarrestar la muerte.

Para los propósitos novelísticos de La ciudad ausente, uno de los atractivos de la figura de Macedonio son las grandes lagunas e incertidumbres que hay en cuanto a sus datos biográficos y bibliográficos. Gran parte de lo que se sabe de Macedonio es a través de las anécdotas. Después de la muerte de su esposa deshizo su hogar y empezó una vida errante y por eso escasamente documentada. Aun antes de emprender una vida de continuos viajes y mudanzas, Macedonio tenía la costumbre de perderse de vista. Además, dejó disperso gran número de textos y solía diseminar sus ideas conversando, sin fijarlas definitivamente en forma escrita. Macedonio aparece en la novela como una figura ejemplar de cierta utopía anárquica de la información; como escritor y filósofo, poco le interesa dominar los conocimientos o el pensamiento de sus lectores.

La ciudad ausente aprovecha como punto de partida las lagunas que hay en la biografía de Macedonio y su empeño por derrotar la muerte, fuera a través de la literatura, la metafísica u otra vía. Uno de los personajes, Ana, abre una línea de investigación y conjetura al observar que cuando su esposa Elena Obieta se enfermó, "Macedonio decidió que iba a salvarla. Hay varios días que nadie sabe por dónde anduvo" (112). Se suple esta falta de datos concretos con varias versiones de una colaboración entre Macedonio y un ingeniero húngaro exiliado en la pampa. El protagonista Junior se empeña en descubrir cuál fue el resultado del encuentro de Macedonio con el ingeniero.

Se establece que el producto de su colaboración fue un aparato para generar realidades virtuales, pero la caracterización de la máquina aparece en distintas versiones. El relato secreto "Los nudos blancos", cuyo narrador presenta el punto de vista de Elena, es el que más se acerca a la ciencia ficción actual. Según esta versión, lo que lograron Macedonio y el ingeniero fue nada menos que la eternización del cerebro de Elena almacenando los datos que contenía, sus memorias y conocimientos, en una máquina: "No era una pesadilla, era la certidumbre de que el hombre que la amaba la había rescatado de la muerte y la había incorporado a una máquina que transmitía sus pensamientos" (70).

Otra caracterización del aparato es la que ofrece Carola Lugo (119-23), que vivía con el ingeniero mientras trabajaba con Macedonio y que le concede a Junior una entrevista. Según esta mujer, el ingeniero podía ayudar al desconsolado viudo Macedonio por ser "el más grande experto en autómatas de toda Europa" (120). Las primeras páginas de la entrevista con la esposa del ingeniero son algo decepcionantes. La máquina parece haber sido nada más que un mecanismo para producir réplicas mecánicas, primero autómatas y después algo que se parece más a la realidad virtual, escenas de una vida compartida con Elena.

Si esto fuera todo lo que hicieron, la colaboración del ingeniero con Macedonio no habría hecho más que refinar el arte de la ilusión. Sólo en los últimos párrafos de la entrevista, la mujer empieza a revelar que los dos fueron más allá de las duplicaciones. Habían empezado a hacer experimentos con los nudos blancos, la sustancia que subyace todo el fenómeno del habla humana, "la materia viva donde se han grabado las palabras" (123). Este descubrimiento parece haber constituido una amenaza contra el control de la información y del pensamiento, puesto que según la mujer al ingeniero se lo llevó un agente encubierto. Sobre la máquina generadora de réplicas y los nudos blancos hay más que decir, pero quisiera pasar a las otras figuras aludidas.

Menos frecuentes en La ciudad ausente son las referencias a la obra de Roberto Arlt. La figura de Arlt, que tanto comentario ha suscitado en sus apariciones en otros escritos del mismo autor, casi no aparece en forma directa. Al autor Arlt lo sustituyen en gran medida sus personajes Erdosain, el Astrólogo e Hipólita. En La ciudad ausente, el enfoque son las incógnitas que rodean a estas figuras y su capacidad de generar otras realidades alternativas. En una de sus entrevistas, Piglia ha manifestado la atracción que siente por "el proyecto del Astrólogo de construir una ficción que actúe y produzca efectos en la realidad" ("Sobre Roberto Arlt" 22). Además las narrativas de Arlt se destacan por los datos narrativos que no se revelan. En las dos novelas de Arlt que refieren las experiencias de Erdosain al entrar en la conspiración del Astrólogo, Los siete locos y Los lanzallamas, el narrador da a entender que sabe mucho más sobre Erdosain y los otros personajes de lo que refiere en el texto. P. ej., en una nota al calce en Los siete locos (110), llama la atención sobre un espacio de diez días que han quedado sin narrar: "Posiblemente algún día escriba la historia de los diez días de Erdosain" (110). Al final de la segunda novela destaca la falta de información sobre el destino de ciertos personajes: "Hipólita y el Astrólogo no han sido hallados por la policía. . . Ha pasado ya más de un año y no se ha encontrado el más mínimo indicio que permita sospechar dónde puedan haberse refugiado" (280). Tampoco se sabe lo que sucedió con las invenciones que Erdosain había desarrollado y estaba a punto de estrenar cuando se suicidió. Rita Gnutzmann, la investigadora que más detenidamente ha examinado las relaciones entre Piglia y Arlt, ya ha señalado el empleo que hace Piglia, en "Homenaje a Roberto Arlt", de las lagunas, ambigüedades y secretos que hay en la bibliografía de Arlt. Estas incluyen las alusiones a las aguafuertes o nota periodísticas de difícil acceso, que pocos han leído, datos arltianos sólo conocidos entre los cognoscenti y la novela prometida que, según parece, nunca llegó a escribir (Gnutzmann "Homenaje", 438, 441).

Algunas de estas pistas abandonadas se retoman en La ciudad ausente. Se revela, p. ej., que el proyecto de la rosa de cobre, una de las invenciones de Erdosain, siguió en pie. La rosa se produjo en la quinta del Astrólogo en Temperley, aunque después de clausurada la quinta, el proceso de producción tuvo que modificarse y ahora lo que se fabrica es la rosa azul, pero todavía metalizada (67).

Aparece en las últimas páginas de La ciudad ausente otro aspecto de la vida literaria, que representa el "poeta nacional" Leopoldo Lugones. Su aparición en la novela viene precedida por la de su hijo, un comisario de policía. Lugones figura en la novela como el "enemigo principal" (171) de Macedonio, de quien era un contemporáneo exacto (nacidos los dos en 1874) y contra quien representa un polo opuesto. El anarquista Macedonio le ofrece a sus lectores, de manera desinteresada, una forma de información abierta, para que su público explore sus posibilidades de transformación. El otro polo de la oposición es el empleo que de la información hacen Lugones y su hijo policía, que se llama como él y comparte su mismo concepto de lo que deben ser los conocimientos y los datos. Su hijo es fundador de la Sección Especial, perito en la obtención de información mediante la tortura y el espionaje. Como su padre, representa el empleo de la información para aumentar el control del Estado y de todos los que están del lado del poder. Sin embargo, mantener un control preciso sobre la información resulta no sólo difícil sino autodestructivo. Su empeño por vigilar y controlar los conocimientos lleva al hijo a un estado paranoico y da como resultado los suicidios tanto de Lugones como de su hijo.

En los tres casos, las alusiones a Macedonio, a los personajes de Arlt y a Lugones e hijo, es muy notable la manera en que La ciudad ausente presenta la información. Empieza con unas alusiones indirectas para llegar sólo a través de varias retardaciones a una identificación directa. P. ej., a lo largo de la novela abundan las alusiones a Macedonio Fernández. Al contrario de lo que se esperaría, al principio las referencias son algo crípticas y presuponen la existencia de un lector ya familiarizado con Macedonio. En cambio, en los últimos capítulos hay una explicación más directa y explícita del mismo individuo.

Se identifica por nombre y apellido, en bastardilla, recién en la página 103 (sobre 178). Recién en la página 147 se caracteriza por su oficio, como "novelista". Poco después se revela que tenía además en su haber "escritos de medicina y filosofía" y un "título de abogado" (pág. 156) y se le caracteriza señalando cuáles fueron sus preocupaciones fundamentales. Sólo en la página 164, casi al final de la novela, un personaje muestra una imagen de Macedonio, que el narrador describe en palabras, y da un resumen de su importancia: "Ese hombre, lo ve, fue un poeta, un filósofo y un inventor".

En su examen novelístico de la historia literaria de los 1920 y 1930, La ciudad ausente llama la atención sobre la información y el uso o abuso que se hace de los conocimientos.

Obras Citadas

Arlt, Roberto. Los lanzallamas. 1931. Buenos Aires: Losada, 1977.

_____. Los siete locos. 1929. Buenos Aires: Losada, 1958.

Gnutzmann, Rita. "Historia y metaficción en Respiración arti-

ficial de Ricardo Piglia". Inter-American Review of

Bibliography/ Revista Interamericana de Bibliografía

40.4 (1990): 351-60.

_____. "Homenaje a Arlt, Borges y Onetti de Ricardo Piglia".

Revista Iberoamericana 58.159 (abril-junio 1992): 437-48.

McCracken, Ellen. "Metaplagiarism and the Critic's Role as

Detective: Ricardo Piglia's Reinvention of Roberto Arlt."

PMLA 106.5 (October 1991): 1071-82.

Piglia, Ricardo. La ciudad ausente. Buenos Aires: Sudameri cana, 1992.

_____. "Sobre Roberto Arlt (entrevista de Ricardo Kunis)".

Crítica y ficción. Buenos Aires: Universidad Nacional

del Litoral, 1986. 19-26.


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